Cuando he caído en un intento fallido por cambiar, él me tendió la mano; me dijo ¡Vamos aprende de tus errores!, ¡regresa a la batalla!, intentalo de nuevo, no toques el suelo, contra el enemigo hay un duelo, pero en Dios esta mi consuelo.
Ahora levanto vuelo, a sobrepasar las expectativas, a romper esa barrera y ganar esa carrera; porque en la obra de Dios nada es casualidad y a pesar de los malos ratos que a veces debo vivir, él que siempre ha estado allí cuidando de mi, ha sido Jesús.
A pesar de que varias veces le he fallado, nunca me abandonó; ahora me encuentro agradecido y decidido a que esta vez mal no le quedaré, aprenderé la lección, a las acechanzas estaré atento y saldré victorioso del duro momento.
Se suponía que jamás pasaría, o quizá lo merecía pasar, no era cuestión de azar, pero que importa ya, si ahora he cambiado y es que un plan maestro perfectamente estructurado se desarrollaba.
PACIENCIA... TODO TIENE SU TIEMPO
Hace 8 meses
1 comentario:
Excelente Post, el Blog es de Gran bendicion, Saludos.
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