sábado, 16 de mayo de 2009

¿Te ha pasado?

Seguramente alguna vez has visto que algunas personas llegan a la Iglesia, pero, se van como llegaron sin ningún cambio y algunas veces se nota hasta una cara de decepción.

Dime que nunca te ha pasado; a mi sí, muchas veces llegué a mi Iglesia pero no esperando encontrarme con Dios u obtener una respuesta; a veces llegué solo por llegar sin esperar nada distinto.

Quizás sea porque muchas veces entramos a la Iglesia pero nuestro corazón se queda afuera y es por esa distracción que no llegamos completos delante de Dios.

Hechos 3:1-8
"Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios."
Acá vemos dos aspectos muy importantes de este hombre que era cojo de nacimiento

1ero. El tenía un defecto que le impedia caminar para poder ir a cualquier lugar en especial para ir al Templo. ¿Cuantas veces nos hemos llenado de lo mismo? ¿impedimentos que nosotros mismos nos ponemos, excusas que decimos para no ir a la Iglesia; y tantas otras cosas más?

2do. Este hombre permanecía en el suelo a la orilla de la entrada del templo desde allí es coherente pensar que él podía escuchar lo que decían adentro del templo y que hasta cierto punto podía hechar una mirada y también podía hacer lo mismo viendo las calles donde pasaba la gente.
¿Cuantas veces nos ha pasado esto? algunos muchas veces van a la Iglesia pero nuestro corazón se queda afuera a la entrada y entramos sin un lugar donde guardar todo lo que aprenderemos, que sabemos como están las cosas en nuestra Iglesia pero observamos más y sabemos más de las cosas que pasan a nuestro alrededor en las calles.

Puede ser que hayas tenido situaciones así algo así como un cojo espiritual que llega a la Iglesia y no encuentra lo que busca; mira que este cojo hacia 40 años que no caminaba y era de nacimiento y aún asi pudo caminar en un instante

Lo mismo puede pasarte a ti si te propones ir a buscar a Dios y ir con el corazón entero dispuesto a tomar retos a aprender y a alabarle, un cambio radical se puede dar con una oración creyendo que se cumplirá lo que pides y sin dudar.

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